Por qué resulta absurda la hipótesis de Dios

Author: Bonhoeffer / Etiquetas:

Seamos generosos y supongamos por un momento que la hipótesis de Dios es posible. Nótese que las discusiones acerca de Dios suelen producirse entre un partidario de su existencia y un contrario a esta. Pero, ¿cómo defendería su postura un creyente frente a otro creyente? Es decir, ¿a qué argumentos recurriría un cristiano para convencer a un hindú de que el mito judeocristiano según el cual Dios creó a Adán a partir del barro, y luego a Eva, usando una costilla del propio Adán, es verdadero, en detrimento del mito hindú según el cual el dios Brahma formó un huevo con su sudor y, tras un año de incubación, dio como fruto a la humanidad? ¿Recurriría a la Biblia como fuente sagrada y verídica, ignorando los textos Vedas igualmente tratados de verídicos y sagrados por los hindús?

Por esta y por otras razones la hipótesis de Dios resulta racionalmente absurda, o cuando menos uno encuentra difícil evitar hacerse un cierto número de preguntas al respecto. ¿Dónde se encontraba Dios antes de crear el Universo? ¿Por qué un ser todopoderoso necesita representantes, instituciones religiosas o libros escritos por profetas para dar constancia de su existencia? ¿Por qué un ser todopoderoso tiene la necesidad de darse conocer? Si Dios es una evidencia, ¿por qué los teístas tratan de convencernos de su existencia? Además, si Dios es omnipotente, todo suceso ocurre sólo si él lo quiere o lo consiente. Si aceptamos, entonces, que los actos de buena fe del mundo se deben atribuir a Dios, ¿no es legítimo aceptar que las desgracias también se deben atribuir a Dios? Ahora bien, quien justifique el mal recurriendo a Satanás, deberá cuestionarse la omnipotencia de su dios. Aquellos que, por otro lado, opten por considerar que el mal es el castigo que Dios impone a los hombres por actos anteriores, deberán realizar muchas contorsiones metafísicas para explicar la muerte de niños de pecho. Pero si aceptamos que los niños de pecho mueren o padecen por los pecados de sus padres, entonces Dios no es bondadoso, sino retorcido y cruel. Asimismo, carece de sentido que un ser omnipotente y omnisapiente cree humanos defectuosos para luego culparlos por sus errores. De este modo, cuando juzga a los hombres, ¿no está en realidad juzgándose a sí mismo?

Admito saber que nada de lo que pueda decir cambiará la opinión de un fehaciente creyente, pues las creencias religiosas no se fundamentan sobre evidencias, sino sobre la necesidad de creer. Obsérvese que sobre casi ningún otro aspecto de la vida una persona entra en cólera y se dispara como una escopeta de repetición como cuando se ponen en duda sus creencias religiosas.